Arriba está mi madre, hace exactamente 30 años, posando en el día de mi primera comunión.
Abajo estoy yo, hace unos días, con el mismo vestido y la torera que acabé la semana pasada.
Ya se sabe que las modas son cíclicas y, si tienes sitio donde guardar tus vestidos favoritos, algún día podrás volver a darles uso. Si no tú tus hijas.
Y ya se sabe también que cuanto más tiempo pasa, más nos parecemos a nuestras madres.
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