Estos dos chalecos son para mis sobrinas. Mi primera intención era hacer uno para la hermana mayor que ayer fue su santo. No sé como demonios le tomé la medida que me salió muy pequeño, tanto que le sirve a la hermana pequeña.
Como tenía hilo suficiente decidí hacer otro. Digo suficiente porque cuando terminé el segundo me quedó una hebra de algo más de un metro. De hecho mi intención era hacer una vuelta más pero fue imposible.
He utilizado cuatro madejas unos ovillos descatalogados (los "famosos" Pingouin Esmeralda "BOMBÓN) que me costaron 1,10 € cada uno y un resto de un ovillo de esa misma calidad blanco para hacer los broches.
El pequeño es una especie de versión libre del "Baby surprise jacket" de Elizabeth Zimmermann.
El grande es uno de esos chalecos que se hacen en redondo a ganchillo que ultimamente tanto se ven por la red. Los dos los he hecho "a ojo".
Recordatorio: Anotar los patrones antes de que me olvide de como los he tejido.
Que graciosas deben ir tus niñas!!!,en cuanto a lo de las medidas,ya sabes son gajes del oficio,aunque si me permites una idea,te diría que hagas un patrón de papel de lo que quieres y así conforme vas tejiendo lo vas comparando.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Carmen. Lo del patrón lo suelo hacer. El problema es que debí de anotar mal las medidas, jajajaja.
EliminarSaludos.
Me gustaron mucho los dos, y las nenas deben de estar felices con sus regalitos.
ResponderEliminarLas nenas como son pequeñas pues les da igual. Pero su madre está encantada.
EliminarAnda, qué original, lo que parece un tapete con agujeros estratégicamente colocados se convierte en una prenda de vestir. ¡Que no se te olvide anotar el patrón antes de entregar los chalecos!
ResponderEliminarDe momento el patrón lo llevo en la cabeza pero de este fin de semana no pasa.
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