Ayer por la tarde nos reunimos de nuevo, esta vez en Ceutí. Además de las que venimos siendo habituales nos acompañaron dos mujeres encantadoras, Marisa y Ana. Fue una tarde de lo más animada. Yo casi me quedé afónica de tanta charla.
Nada más comenzar ¡Oh sorpresa! Carlota me regalo esta abeja Maya.
Hace un tiempo le comenté que era mi personaje favorito
y ni corta ni perezosa me la amirigumiado.
Mil gracias, me ha hecho muchísima ilusión.
Nuestra nuevas compañeras. Mi tocaya además es zurda como yo,
así que nos podremos ayudar mutuamente con el ganchillo.
Reme luciendo su capa recién terminada.
¡Qué bien abrigada irás este invierno!
Aquí con un chal de ganchillo a medio hacer.
Todas estas maravillas las ha ganchilleado Marisa.
Es toda una artista.
Así es como va mi último trabajo.
¡Ay que dolor! Carlota posando cual si fuera un chal con el suéter que
tuvo que sacar de las agujas por ser demasiado grande.
Bueno lo saqué yo porque era demasiado doloroso.
No sufras Carlota, yo he perdido la cuenta de las veces que he tenido que deshacer.
El antiguo suéter convertido en un súper ovillo.
Después del disgusto ya no tuvo ánimo de empezar el suéter de nuevo
y le expliqué como hacer un patuco. La verdad que lo hizo muy bien.
Eso sí un patuco con agujas del nº 10 mejor lo usamos para cuando venga Papa Nóel.
intentando descifrar un patrón de ganchillo.
Tradicional foto del grupo.
Nuestras niñas.